Cada instante reencarnamos a través de la experiencia adquirida desde los factores externos, a través de nuestro campo áurico y de los cinco sentidos, cada instante utilizamos la percepción sensorial en nuestro crecimiento.
Debemos tener en cuenta que para atravesar las líneas del pensamiento y del sentimiento utilizamos los cinco sentidos y no la interpretación de la acción externa, conforme a nuestra propia naturaleza de seres sintientes, no pensantes.
Cuando comienza la ascensión de los saltos cuánticos en los centros energéticos, tenemos cuidado de mantener el equilibrio entre el pensamiento, el sentimiento y la acción.
Así, cada nivel de salto conlleva una ruptura con la experiencia aprendida, soltándola completamente, vaciando el espacio por donde fluye la interpretación o el pensamiento, y dando cabida a una nueva experiencia de crecimiento.
Que la necesidad de crecimiento nunca sea mayor a tu servicio,
que nuestra necesidad de conocimiento nunca trascienda a nuestra necesidad de servir al prójimo.