Os invito a aprender cada día de vuestros pensamientos, del cielo, del viento, de la montaña.
A aprender de nuestra Madre Tierra y agradecer nuestra existencia,
que es perfección.
Cada instante que se nos brinda en este tiempo es un eterno aprendizaje.
Te invito a ver un aprendizaje a cada instante, cada cosa es un aprendizaje.
De las aves aprendí…
De las aves aprendí a emigrar de vez en cuando y que mi área geográfica es el planeta Tierra.
Aprendí a no invadir los espacios íntimos de cada ser, aprendí que no controlar la ira envenena tu cuerpo hasta morir.
Aprendí que los loros también enloquecen por el encierro, no obstante, no dejan de cantar al amanecer.
Aprendí a celebrar cada día, en compañía de otras aves o en compañía del mismo cielo.
Aprendí de las aves que un buen plumaje no se alcanza al nacer y que el canto afinado y el vuelo equilibrado se logran con la practica, la paciencia y la constancia.
De los gatos aprendí:
De los gatos aprendí que es bueno levantarse antes de caer, aprendí a sincronizar los movimientos de mi cuerpo con mis pensamientos,
a caminar pausadamente, a evacuar y cubrir los excrementos.
Aprendí de los gatos que el único dueño que tengo es mi propia existencia, que el único limite para quedarme es mi propio pensamiento.
También aprendí de los gatos a dar cariñitos constantes y marcharme cuando es necesario.
De las hormigas aprendi:
De las hormigas aprendí a buscar mi alimento, también aprendí que el trabajo en grupo es siempre mas liviano, que los grupos mueven grandes extensiones de tierra y de que todo ese movimiento se alcanza por la decisión de una primera hormiga que empieza a cavar sin descanso.
De la hormiga también aprendí que para realizar un hoyo solo hace falta buena voluntad, que no es necesario buscar compañía, sino solo empezar a cavar.
Alimenta tu criterio, cree firmemente en tu ideal, siempre vendrán otras hormigas a ofrecerte ayuda, hormigas con la misma disponibilidad de trabajo, constancia y esfuerzo, hormigas con el mismo interés, el de forjar una sola colonia.
Desaprender:
Como humanos debemos desaprender todo el conocimiento adquirido desde la razón, aquel que nos ha llegado solo a través de las ondas vibratorias de nuestro pensamiento, de nuestro Yo irreal y de nuestra silla mental.
Desaprende el conocimiento adquirido desde la razón y quédate solo con aquel que ha conseguido llegar a tu corazón.
Cuando abres la ventana de tu conocimiento y abres la ventana de tu corazón, conectas con tu propia sabiduría interna.
Solo ese conocimiento, el que mueve las fibras de tus emociones y de tus sensaciones, el que esta dentro de tu corazón, es el que te ayuda a crear consciencia.
El que te ayuda a amarte más.
A armar el puente entre tu yo inferior, la personalidad, y tu yo superior, que no es sino la conexión entre tu personalidad y tu alma, y la conexión entre tu personalidad, tu alma y tu espíritu.
Todo aquel que te diga “sígueme” significa que te esta diciendo, “deja de seguir tus propios pasos”.
Todo aquel que te invite a cumplir con una doctrina actual u obsoleta te esta diciendo, “deja de experimentar por ti mismo”.