Vive en el mundo sin perderte en el mundo, porque tu eres el mundo a cada instante.
Los deseos forman parte de tu naturaleza, forman parte imprescindible de tu evolución y crecimiento.
Los deseos son una consecuencia de nuestra capacidad creadora de realidades, un recuerdo del poder que reside más allá del pensamiento y que se manifiesta a nivel terrenal gracias a la ilusión del Tiempo, que es creado por el mismísimo pensamiento.
Bien es cierto que, debido al aparente desequilibrio que existe a favor de nuestra realidad material, llega un momento en el que tenemos que controlar nuestros deseos.
Sin embargo, al caminar por tu propio sendero, una vez restablecido el equilibrio, es posible que incluso los eches de menos.
Cuida de no dejar de disfrutar de la vida, de no condenar tus deseos, y de que tu necesidad de crecimiento interior también te permita disfrutar de tu maravillosa vida como humano.
Cuida de los deseos de tu ego espiritual, también son una referencia tan valida como tus deseos materiales para valorar si aun no has afinado suficientemente tu personalidad.
Ten en cuenta que al avanzar por tu camino espiritual es mas que probable que parte de tu ego humano sea sustituido por un nuevo ego espiritual.
Al caminar por tu sendero espiritual, te llega la necesidad de alcanzar nuevos compromisos para alcanzar un equilibrio entre tus deseos mundanos y espirituales.
En todo caso, surgirá dentro de ti la necesidad de alcanzar un cierto compromiso entre los hábitos de la vida cotidiana y tu vida de presencia consciente de sí misma.
La cuestión no reside en llegar cada vez mas alto, en negar tu humanidad, sino en desarrollar un centro, aquel que te permite mantener un equilibrio cada vez mas estable, mas flexible y tolerante, entre el cielo y la tierra.
¡Recuerda, respira y activa tu propia alegría dentro de ti!