El origen del desaliento es vivir desde las expectativas. Cuando las cosas no salen como han sido previamente planeadas, una y otra vez, surge el desaliento.
En su grado extremo se produce cuando crees que ya no hay nada que puedas hacer y que todas tus luchas anteriores no han servido para nada. En este caso procura recordar todas las veces que has atravesado la misma situación y que has logrado superarla.
Sin duda relativizar la situación quitara peso a los pensamientos intrusivos cuyo origen se deba al desaliento.